En los últimos tiempos han surgido numerosos nombres que añaden valor a los productos alimentarios. “Ecológico”, “Bio” u “Orgánico” son conceptos que a veces se confunden. ¿Qué significa que un producto es “bio”? ¿Cuáles son las características de los alimentos bio?
En este artículo trataremos de arrojar luz sobre esta cuestión, teniendo en cuenta que están surgiendo numerosas oportunidades en el ámbito de la alimentación sostenible, lo que requiere de selección de personal especializado.
El concepto bio: ¿qué significa y qué importancia tiene?
Los alimentos “bio” o “biológicos” no son simplemente sinónimo de alimento natural o ecológico. Se trata de una etiqueta específica por la cual se certifica que dicho alimento se ajusta a las normas de la Unión Europea para los productos bio.
Un producto “bio” es aquel que no se ha manipulado genéticamente, a diferencia de los productos transgénicos. Es decir, que mediante ingeniería genética se le han agregado genes de otros organismos vivos. Ese es por ejemplo el caso de los tomates transgénicos, que se han modificado genéticamente para influir en sus propiedades.
Por tanto, los productos bio son aquellos donde no se han aplicado ninguna técnica de este tipo. Una característica que también cumplen los productos bio es que no se han empleado pesticidas ni fertilizantes químicos que puedan afectar al producto final.
¿En qué se diferencia un producto bio de un alimento orgánico o ecológico?
Los términos “bio”, “orgánico” o “ecológico” no son sinónimos. Al menos desde el punto de vista legal, son tres categorías diferentes que pueden afectar a los productos alimentarios.
- Un producto orgánico es aquel en el que no se han usado productos químicos en el proceso de producción.
- Los productos ecológicos, además de cumplir las características del producto orgánico y del producto bio, son aquellos en los que se han cuidado todas las fases de la cadena de producción para asegurarse de que se ajusta a unos requisitos de sostenibilidad y respeto por el ecosistema.
Por tanto, vemos que un alimento ecológico es al mismo tiempo orgánico (no se han usado productos químicos) y bio (no se ha modificado genéticamente), además de cuidar el proceso de producción. En cambio, un producto puede ser bio sin que sea necesariamente ecológico.
En cualquiera de los casos, los productos “bio” están a la orden del día. Cada vez hay una mayor preocupación por lo que comemos. Queremos alimentos naturales, que conserven las propiedades nutritivas originales del producto de la tierra.
A nivel de empleo, el cultivo de productos “bio” está también asociado a granjas y cultivos de empresas tradicionales, con menor infraestructura industrial, y unos procesos de carácter artesanal. No obstante, cada vez más empresas en el sector ven la oportunidad que los productos bio, orgánicos y ecológicos representan en un mercado cada vez más sensible y concienciado con los alimentos naturales y la sostenibilidad.
Adaptar tu empresa en el sector de la producción o tratamiento de alimentos requiere de profesionales técnicos en ingeniería agroalimentaria con un perfil muy específico, así como otros muchos profesionales, para lo cual el asesoramiento laboral puede ser la clave que ayude a tu negocio.