A la hora de abordar el liderazgo en la empresa vemos que influye de formas diferentes en el clima laboral, en el desempeño y en los resultados de la empresa.
¿Qué es el liderazgo?
Podemos definir el liderazgo como el proceso de influencia que ejerce un jefe hacia sus seguidores con el fin de dirigirlos hacia la consecución de las metas u objetivos del grupo u organización.
Tipos de liderazgo en la empresa
Distintos autores han definido e identificado los distintos tipos de liderazgo. En este caso hablaremos del modelo de Goleman, por considerarlo el más completo y que mejor se ajusta a la realidad organizativa.
Coercitivo:
En este estilo de liderazgo el líder ordena y manda. El trabajador a su cargo debe cumplir de forma inmediata las órdenes del líder, siguiendo unas instrucciones precisas, dadas por el.
- Pros: En situaciones de crisis este tipo de liderazgo funciona bien, debido a que su tipo de reacción es rápida. También ayuda cuando tratamos con empleados problemáticos en los cuales no han funcionado el resto de liderazgos.
- Contras: Debemos tener mucho cuidado con el estilo coercitivo. Al no poder los seguidores cuestionar ni aportar ideas al líder acaba generando un clima laboral desfavorable y afectando negativamente a la empresa a largo plazo.
Orientativo:
Estos líderes tienen una visión clara a largo plazo y movilizan a los demás hacia esta.
A través de este estilo se genera un gran compromiso entre los empleados con los objetivos y la estrategia de la empresa.
- Pros: Se genera un buen clima laboral y fomenta que los empleados experimenten e innoven. Genera una gran motivación entre los empleados.
- Contras: A pesar de que suele funcionar en la mayoría de las ocasiones, puede fallar cuando los integrantes del equipo son expertos y tienen más experiencia que el líder.
Afiliativo:
En este estilo de liderazgo lo más importante son las personas.
Los líderes afiliativos ayudan a crear lazos y armonía en la organización.
- Pros: Tiene grandes ventajas cuando se quiere generar armonía y cohesión dentro del grupo, como por ejemplo, cuando el grupo se acaba de crear.
- Contras: Los líderes con este estilo tienden a solo felicitar por los logros de sus trabajadores, y no prestan atención a los errores. Debido a ello los empleados pueden pensar que la mediocridad es tolerada y por ello descender el rendimiento.
Democrático:
Los líderes que siguen un estilo democrático buscan crear consenso mediante la participación.
- Pros: Los trabajadores sienten que su opinión tiene importancia y sienten una mayor responsabilidad y compromiso con la empresa.
- Contras: Podemos perder demasiado tiempo y recursos en reuniones innecesarias. A su vez el líder puede acabar transmitiendo falta de seguridad o de conocimientos.
Ejemplar:
Estos líderes esperan la excelencia y la autonomía en sus empleados.
Se implantan estándares muy elevados de rendimiento, marcados por pautas muy concretas.
- Pros: Este estilo ayuda cuando el líder es un gran experto en la materia y queremos que los subordinados aprendan imitando sus modos de trabajo.
- Contras: El trabajo se vuelve poco flexible y sin responsabilidad, los empleados deben seguir las normas marcadas por el líder a cada momento. Debido a que normalmente estas normas no son explicadas, cuando el líder se ausenta los trabajadores no saben cómo proceder.
Formativo:
A través de este liderazgo los superiores buscan desarrollar a sus empleados para el futuro.
Los líderes formativos ayudan a desarrollar el talento en la empresa a través de la identificación de fortalezas, debilidades y aspiraciones profesionales.
- Pros: Gracias a este estilo de liderazgo los empleados tienen mayor iniciativa y compromiso con la empresa.
- Contras: Si por el motivo que sea los trabajadores son resistentes a aprender o a mejorar este estilo tiene poco sentido, y puede acabar produciendo hartazgo entre los empleados.
¿Qué estilo de liderazgo en la empresa es el mejor?
Nos encontramos en un momento en que hablar sobre los estilos de liderazgo en la empresa está de moda. Sin embargo, vemos una tendencia a convertir en un tótem esos estilos. Pensamos que un líder ha de ser de una manera, sin dar cabida a la flexibilidad de estilos.
Los líderes serán más competentes y obtendrán mejores resultados si adaptan su estilo de liderazgo a cada situación. Estudios demuestran que los mejores líderes dominan al menos cuatro de estos, y saben en qué momento han de hacer uso de cada uno.
Con esto podemos ver como a la hora de incorporar en la empresa una figura de líder debemos tener en cuenta no solo la situación actual de nuestra empresa, sino en cómo va a afectar a largo plazo.
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